Festival del Litoral de Oro: del eterno Ramón Ayala a los nuevos valores, Posadas se consolidó como epicentro de la cultura de la región
Con una luna representando una década, durante cinco noches la ciudad de Posadas fue el epicentro de la edición de oro del Festival Nacional de la Música del Litoral y 12° del MERCOSUR, realizado en el mítico escenario Alcibíades Alarcón, Mensú de Oro 2019, con el lujo de tener presente a Ramón Ayala y una nueva generación de niños y adolescentes misioneros volcados a las artes y expresiones culturales como puntos altos
Si Latinoamérica comienza en Corrientes, como dice el escritor Martin Alvarenga, Misiones sin dudas es el puente, el punto donde orillas se desdibujan y ese terreno en sí mismo, constituye territorio nuevo, un Litoral cultural.
Durante cinco noches, el Festival del Litoral, organizado de forma mixta por una Comisión, conformada por actores culturales de vertientes tan diversas como la danza y la música, entre otras; con apoyo de la Municipalidad de Posadas y del gobierno provincial, materializó un festejo acorde al festival decano de las expresiones litoraleñas, como dijo RubenTolosa, el escritor chaqueño que estrenó la biografía sobre la vida y obra de Ramón Ayala, el Mensú, “Mensajero de la Tierra Roja”, con un disco, “Ramón del Guarán”, con 18 temas, dos de ellos inéditos.
“Cosquín será el más federal, y comienza a realizarse en los 60, y el del Litoral arranca en el 63, y es sin dudas el festival decano de la región nordeste del país”, explica el escritor, poniendo contexto en una línea de tiempo para los ajenos. Sin dudas, como lo manifestó Nora Urdinola, profesora de danzas folklóricas e integrante de la primera comisión organizadora, “en el 62 fue tal el éxito de la delegación misionera en Cosquín, donde no se conocía la danza y músicas del litoral, con reconocimientos para los bailarines que participamos y para la Orquesta Folklórica”.
“El suceso que tuvimos nos entusiasmó tanto, que al volver ya la idea de hacer un festival con la identidad del litoral tenía forma. Y si no hubiera sido por el apoyo que nos brindó don Lucas Braulio Areco, hoy no estaríamos festejando estas cincuenta ediciones del festival” cuenta la querida por su comunidad Nora, muy presente en estos cinco días de celebración, también premiada y reconocida por su entrañable aporte.
Y es que si la danza fue constitutiva y preponderantes desde los inicios del festival, que decir de los poetas, del poeta misionero por excelencia, el Mensú Ramón Ayala. Tarrago Ros, en su paso por el festival en la jornada de cierre decía “imposible pagarle a Ramón Ayala todo lo que se le debe”, mientras Bruno Arias, de Jujuy y por primera vez tocando en la región, expresaba “es un lujo tener a Ramón Ayala, el último poeta latinoamericano”.
Y danza, música y poesía fueron los ejes destacados de esta especial edición, que además de rememorar a sus fundadores y reconocerlos, como el Mensú de Oro 2019 al músico ya fallecido Alcibíades Alarcón, cuyo nombre lleva el escenario mayor del anfiteatro Manuel Antonio Ramirez, también destacó a los nuevos valores, un semillero que se perfila fuerte, seguro y renovador de la antorcha, el legado cultural, pero con nuevos ojos, y sin dudas, con un talento nato. Prueba de ello, el Premio Revelación 2019 para el arpista paraguayo de 13 años Franco David Redes.
Con 92 años, el sentido del humor y el don de la palabra intactos, sin dudas que un punto alto del festival fue tener a Ramón Ayala en esta edición. Durante cinco días, en las piezas coreográficas, en los repertorios de los grupos de más trayectoria y en los de formación más reciente, inclusive hasta en la música funcional en los pasillos de una popular cadena de supermercados de la ciudad, todo remitió a la palabra y música del Mensú. Todo un lujo para quiénes asistimos a esta edición del festival madre de la cultura regional.
Palpable también en lo cotidiano de las cinco lunas que duró la edición de oro, es el culto a la danza que se profesó desde las piezas coreográficas del Ballet oficial de la Fiesta Nacional de la Música Litoral, bajo dirección del brillante Luis Marinoni, hasta los ballets provinciales y municipales, los de los colectivos culturales y los estables del Parque del Conocimiento y las representaciones de todo el territorio misionero que se dieron cita para confluir en el escenario ubicado a orillas del Paraná.
Si el reconocimiento a los que sentaron las bases de este festival y los nuevos valores como punta de lanza para ediciones futuras fueron los puntos altos, también es destacable el trabajo previo realizado en el territorio de la provincia, las provincias de la región y las sedes en Paraguay y Brasil, que incluyó murales, peñas, fogones, muestras artísticas, concursos musicales, de baile y cortometrajes.
Este trabajo llevado adelante con meses de anterioridad, estableció criterios y estándares para garantizar que los seleccionados por cada sede representen a sus ciudades de origen, poniendo una vara alta, que se pudo apreciar en el Alcibíades Alarcón a lo largo de los cinco días. También fortalece a Misiones como plaza natural para la integración mercosureña a través de la cultura.
El “camino de oro” fue establecido de forma conjunta éntrela Comisión organizadora del festival con respaldo de las entidades municipales y provinciales de Misiones y se trabajó desde el mes de febrero. Incluyó las actividades “Litoral va al barrio” en cinco barrios de la capital misionera, también la Peña Oficial “Chaloy Jara”, en honor al bandoneonista integrante de la Orquesta Folklórica de antaño, el Simposio de oro, la programación musical en el anfiteatro mayor de Posadas y todo el circuito pre festival en diferentes sedes del territorio provincial, provincias aledañas, Brasil y Paraguay.
Pre Festival del Litoral
Desde 2016 en adelante el objetivo de incluir e integrar las regiones a través de la danza, el recitado y la música se materializó a través del fortalecimiento de un circuito Pre Festival del Litoral, ampliando las sedes a través de pre selectivos en el interior de Misiones, en Puerto Tirol, Chaco; en Esperanza, Santa Fe; en Encarnación, Paraguay y San Luis Gonzaga, Brasil, ampliándose este año a Aristóbulo del Valle, Wanda, Posadas, Corrientes Capital, Federal, Entre Ríos y Uruguiana, Brasil. Con este gran trabajo, quedó garantizada la representatividad de artistas de otros puntos de la región en esta edición de oro.
Otras actividades
De forma previa, y de cara a la edición de oro, se llevaron adelante concursos de murales y de videos con celular, y un homenaje ilustrado con eje en las figuras que han transitado en las 50 ediciones del festival realizado por el grupo DIM, dibujantes e ilustradores misioneros.
De forma paralela al festival, se realizó la muestra “Cultura litoraleña, Identidad y Construcción”, con fotografías, ilustraciones y otras piezas en el Museo de Bellas Artes “Lucas Braulio”. También la Peña Oficial “Chaloy Jara” en la explanada del anfiteatro, a la que se sumaron la Peña de Los Nuñez y la Peña Misionero y Guaraní.
Pintando en vivo y durante las cinco jornadas luneras, se desarrolló la actividad pictórica “Pinceladas solidarias”, con intervención de los artistas plásticos Ailin Majeras, Alejandra Ciganda, Grisel Silva, Juan Nuñes y el maestro Bernardo Neumann, cuyas obras fueron donadas para subasta a diversas organizaciones civiles de la provincia de Misiones. Las letras tuvieron su presencia a través de una selección de textos de Raúl Novau.
El Camino de Artesanos poblado de productos manufacturados por productores independientes y las retretas por bandas de instituciones de Misiones y Brasil dieron la bienvenida durante las cinco jornadas en la explanada del anfiteatro Manuel Antonio Ramirez.
“Volveré siempre a tus calles Posadas, tal vez como una sombra, tal vez un horizonte, tal vez una galopa. Volveré siempre a tus calles Posadas, la antigua, la de hoy, la de siempre”…reza Ramón en el tema “Posadas de ayer”. El simposio de oro, organizado en dos jornadas previas al inicio del festival, dio el pie para pensar la cultura del litoral, la identidad y los ejes que la configuran.
Coordinado por las profesoras Amelia del Valle “Teté Lacroix y Carmen “Didi” del Piano, participaron invitados especiales de la música, la danza, la cultura, la comunicación y la historia de la región. En el marco del mismo, las periodistas de “Tipas Gráficas” presentaron la revista edición de Oro del Festival del Litoral, un invaluable soporte gráfico que recorre la historia de esta añeja celebración popular hasta llegar a nuestros días.
El cierre del simposio en su segunda jornada inició con el desfile “Tradición e Identidad” desde el auditorio de la Escuela Superior de Danzas de la provincia hacia el anfiteatro Manuel Antonio Ramirez, con niños de las academias de danzas, autoridades y la comunidad posadeña,
El Festival
“Lumbre” de Osvaldo De la Fuente, músico local, hizo sonar los primero acordes de la primera luna del festival, seguido por el ballet de adultos mayores de la Municipalidad de Posadas. La Orquesta Folklórica de la provincia, constitutiva y fundadora del festival desde el 63, tuvo su lugar en el escenario mayor, con un emotivo repertorio de galopas, chotis, canción misionera de Fermín Fierro, polka y gualambao y artistas invitados.
El primer reconocimiento de la noche vino de la mano de SADAIC a Ricardo Ojeda, maestro y ex integrante de la Orquesta Folklórica de la provincia, premiado por su trayectoria y aporte a la cultura misionera. Formador de formadores, Ojeda expresó que” es un placer estar aquí hoy, después de unos años de no pisar un escenario. Todo lo que hice artísticamente fue para enaltecer nuestra tierra colorada, y con la Orquesta Folklórica tuvimos muchas satisfacciones.
El festival creció por decisión de un grupo muy valiente, gente a la que Lucas Braulio Areco les dijo que si desde la primera palabra. Y lo más importante es que esto se sostiene porque ustedes pagaron la entrada por años, y quiero agradecerles esa fuerza para sostener esto, que estoy seguro que seguirá”, dijo visiblemente emocionado a la audiencia.
La música litoraleña desde un enfoque contemporáneo vino de la mano de Flor Bobadilla y el guitarrista Seba Luna. El premio Consagración 2018, Los Encina, dieron el toque chamamecero para dar paso a los nuevos duendes del Ballet Oficial del Festival de la Música del Litoral bajo la dirección de Luis Marinoni, con más de 50 artistas involucrados en sus exquisitas puestas en escena.
Otro de los reconocimientos de la primera luna fue a los medios gráficos, fotógrafos y periodistas que han venido relatando el festival a lo largo de los años: Esteban Abad del diario Primera Edición, Oscar Edelman del diario El Territorio, Marcelo Almada de Misiones On Line, LT17 Radio Provincia de Misiones por sus transmisiones ininterrumpidas del festival desde 1963 a toda la región.
Tania Torres, guitarrista radicada en Formosa, dio cátedra en el escenario Alcibíades Alarcón, recorriendo la música popular y latinoamericana en su repertorio, seguida por Los de Imaguaré desde Corrientes. Joselo Schuap, músico y difusor de la cultura misionera y guaraní, se presentó incorporando a la arpista Sonia Alvarez. “La mejor forma de integrar con Paraguay es el diálogo entre el chamamé y el arpa”, expresó Schuap.
Y luego, promediando su repertorio, convocó al joven talentoso Andrés González, en su retorno a los escenarios tras un grave accidente en marzo de este año. Andrés, emocionado por la cálida recepción del público, cantó dos temas de composición propia, “Agradecido, soy lección aprendida y todavía hay tanto en mi” rezaba en uno de los temas con el público aplaudiéndolo de pie. “No esperaba esto, ni mucho menos” dijo González. Luego interpretó un chamame, “Has llegado a mi”, siendo despedido por la platea con un cálido aplauso.
El turno de la danza misionera vino de la mano del Ballet Oficial del festival y el Ballet estable del Parque del Conocimiento, con la pieza coreográfica evocando a la cantora María Helena a través de imágenes del maestro Bernado Neumann.
Yamila Cafrune, con su repertorio y mística, llegando el cierre de la primera luna, fue la encargada de terminar de encantar al público que colmó el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez con la elección “Yo soy purahei”, un chamamé de Mauricio Cardozo Ocampo para inaugurar su concierto, seguido de otras selecciones de música litoraleña, cerrando su número con zambas y chacareras. Rulo Espinola, con su humor de frontera aportó el toque de picardía a una emotiva noche, anticipando el cierre con Jorge Rojas, que presentó nuevos temas de su autoría y otros que lo consagraron en su carrera solista.
Folklorero y litoraleño
En la segunda jornada, promediando la bajada del sol en las puertas del anfiteatro, fue el turno de la Banda Municipal de recibir al público que se daría cita para la segunda velada de la edición de oro, en el marco de la feria de artesanos locales.
Desde Uruguaiana, Pampa Gaucha inauguró con chamamé el capítulo musical de la tarde, ganadores del pre selectivo 2019 en el hermano país. Luego, bajo el nombre Gurises del Litoral, se presentó el ensamble de coros del Parque del Conocimiento y el grupo Late para entonar “Canciones con sabor a tierra”. Superlativo fue el repertorio y la puesta en escena de más de cincuenta niños y adolescentes en escena, con carnavalitos, vidalas, también músicas de raíces africanas y de la región litoral.
El Ballet Zambra, dijo presente con la danza, elemento preponderante en el festival decano. Lunagua, folklore de proyección, eligió “El dominguero”, “Volver en un cuento”, tema de Ramón Ayala inspirado en Horacio Quiroga y para el cierre un tema de Chabuca Granda.
El padrino de la sede en Uruguaiana, Renato Fagundes fue el encargado de traer chamame fronterizo a la segunda luna, acompañado por músicos de Curuzú Cuatiá, Paso de los Libres y Federal, rememorando a Montiel y Blas Martínez Riera.
La Orquesta Folklórica Municipal tuvo su momento para interpretar galopas, chotis en honor al maestro Ricardo Ojeda y otros ritmos. Vanessa Avellaneda inició su concierto con un tema en homenaje a la figura de Andres Guacurarí con “Comandante Andresito” de Mario Bofill. “Alma guaraní” vino de la mano de la misionera junto a Carlos Morel y los bailarines adultos mayores Irma y Ricardo.
“Sentires de mi tierra” fue la pieza coreográfica presentada por la Escuela Superior de Danzas de la provincia. El recitado, nueva categoría incluida en los pre selectivos de cada sede del festival, vino de la mano de la pequeña de 10 años María Luisa, de Uruguaiana. El primer reconocimiento de la noche fue para el Archivo Histórico de la Provincia de Misiones en la persona de la licenciada Silvia Gómez, por resguardar la memoria e historia, patrimonio inmaterial.
Coplanacu promediando la segunda luna, trajo ritmos norteños, abriendo su concierto con chacareras, escondidos y vidalas. “Es la segunda vez que venimos a Posadas, y estamos muy contentos por el recibimiento. Somos admiradores de la música del Litoral, porque es hermosa” manifestaron para luego entonar “Añoranza” de Salvador Miqueri y Eustaquio Vera. El concierto de Coplanacu fue muy acompañado desde las plateas por bailarines espontáneos que se acercaron al escenario a disfrutar de los ritmos folklóricos del noroeste del país.
Bernardo Neumann, artista plástico a cargo de la iniciativa “Pinceladas solidarias” y Novau, escritor y poeta, fueron también reconocidos en la segunda luna del festival por sus aportes en el transcurso del mismo. Una selección de artistas plásticos cuyas obras serán subastadas para organizaciones sociales, y las coplas del poeta, resonando en las lunas festivaleras.
María Ofelia, misionera y difusora de la cultura del litoral tuvo su paso por el escenario mayor con un breve pero efectivo repertorio, nostalgioso y acertado para la edición de oro. La Guitarreada, Revelación 2019 del Festival del Litoral, fue la previa a la presentación de Pato García, gran guitarrista que recorrió el mundo, acompañado de Amanda de Colombia, quién supo conquistar en su paso al público del anfiteatro Manuel Antonio Ramírez con su vivacidad y música alegre, dedicada a la tierra colorada.
El humor vino de la mano del cordobés Negro Alvarez, que amenizó la previa a la correntina agrupación Los Alonsitos, cuyo destaque sin dudas fue el percusionista Uli Gómez. Desde Garupá, Paola Leguizamon iba bajando el telón de la segunda noche festivalera, cuyo cierre estuvo a cargo de Los Menchos del Chamamé.
Mercosureño, de oro,inclusivo y renovador
La tercera luna del festival tuvo en la explanada del anfiteatro Manuel Antonio Ramírez a las retretas por la Banda Uri de Uruguaiana y a la banda del Servicio Penitenciario de la provincia recibiendo al público. En el escenario Alcibíades Alarcón, la programación musical abrió con el arpista, ganador de la sede Encarnación como Nuevos Valores, Franco David Redes, quizá un buen indicador de lo que daría la tercera jornada de la edición de oro, donde destacaron músicos y músicas jóvenes y donde los conciertos con mensaje fueron los mejores recibidos por la platea. Franco fue elegido Revelación 2019 del Festival del Litoral en su 50° edición.
Litoral Mitá, ganadores de la sede Entre Ríos, también como Nuevos Valores, dio cátedra de chamamé y con bis. Gonzalo Bernal, posadeño y acumulando experiencia musical de familia, dio un concierto magistral, con una selección de clásicos de Ayala, con Aurora en el cierre.
Gurises del Litoral merece un capítulo aparte en el relato de la tercera luna, hete aquí uno de los ejes que hacen grande a este festival. La renovación generacional de músiques a través del perfeccionamiento mediante un programa orquestal coordinado por Juan “Pico” Nuñez y Soledad Schlie y el notable concierto que brindaron.
Desde Encarnación, Apóstoles, Posadas y Garupá, Brenda Stefani, Pablito Monjes, Santiago Raicovsky, Juli y Joaquín Hermida, Andresito de Lima, Marcos Nuñez Jr. y Martín Verón, los nuevos valores se despacharon con un cancionero interpretado con mucha soltura, cautivando a las gradas del anfiteatro Manuel Antonio Ramírez.
“Agradecemos a quiénes hicieron posible que hoy estemos aquí, revalorizando la música del litoral, nuestras músicas”, decía una de las voces cantantes, antes de dar paso a un seleccionado de músicos elegidos por regiones. La Zona Centro estuvo representada por Evana Sánchez, Javier Arias y los grupos Nuestro Canto y Osunu.
El Ballet Zambrano de la Escuela Municipal de danzas presentó “Sin fronteras” en la noche más mercosureña del festival, un viaje sobre las danzas y ritmos de Paraguay, Brasil y Misiones, con sus paisajes, el aporte de los inmigrantes y la fusión de culturas expresados en esta pieza coreográfica.
Otro de los ritmos que tiene culto en Posadas, el tango. En un segmento especial, se presentó Posadas Tanguera, surgida hace tres años en el marco del festival. La Orquesta La Caterva, con Leo Baigorria y Susana Moreno además de integrantes de los ballets Raza Campera, Ballet Pasional y la pareja Luise Malucelli y Marcos Roberts presentaron un cuadro de lujo, con una selección de instrumentales evocativa y exquisita.
Dirigida por Juan Carlos Costa en bandoneón, con Marcelo Pérez en el piano, Pinucho Fiorino en bajo y David Zacari en violín, Susana Moreno eligió “Se dice de mí”, de Tita Merello para el cierre, “dedicado a las mujeres, por la fortaleza, por el espíritu de lucha, elegí este tema porque me identifica y porque Tita fue la precursora de los derechos de la mujer”. Baile y orquesta a pleno exudando tango en la noche posadeña fueron despedidos con un aplauso cerrado de la platea en la tercera noche del festival.
Frente a Bernardo de Irigoyen, localidad más fronteriza de Misiones con Brasil, se ubica Pato Branco, cuya Orquestra Sanfonica presentó “Sotaques”, obra con arreglos especiales para el trío de acordeón, guitarra y contrabajo, abriendo con “Feira de Mangaio” de Dominguinhos, para seguir con “Retrato de un pescador”, de Ramón Ayala, sintetizando la cercanía con el hermano país, rasgo constitutivo de la provincia de la tierra colorada. “Acuarela de Brasil”, de Ary Barroso y “Garota de Ipanema” dieron el cierre a la presentación de la orquesta brasilera.
El dúo Lira Vera puso un punto alto en la noche, celebrando 14 años de trayectoria. Integrado por Anahí Giménez y Susana Villalba, intérpretes y compositoras de la tierra colorada. Con mucha picardía, las misioneras tomaron el escenario Alcibíades Alarcón con una energía que se palpitó de principio a fin de su concierto. Con “Ingrata paloma blanca” en guaraní, seguida por “Galopera” y “Adiós Beatriz” entre referencias humorísticas al folklore de frontera, las féminas sacudieron a la platea. “El que no hace ola tiene un pique”, expresaron y el auditorio completo se levantó para seguir la consigna del dúo.
Un “chamarock” con punteado de guitarras precedió a“Todas las voces todas”, de César Isella, popularizado por la Negra Sosa, entonado por cantautoras, compositoras e intérpretes misioneras, que se sumaron paulatinamente al escenario, acompañadas por dos percusionistas vistiendo sus instrumentos con la wiphala y la bandera de la diversidad. Ellas fueron Piti Boroski, Griselda Villaba, Susana Gala, Maira Lis, Valeria Silvestri, Jazmín Gamarra, Linda Artaud, Fiamma Etrl y Berenice Texeira.
“Somos misioneras y argentinas, somos mujeres de Latinoamérica, que canta y se levanta por países libres, por países con fortaleza. Hoy venimos a presentar nuestra voz por todos los países de Latinoamérica”, expresaron, antes de irse con “Puerto Tirol” en una versión electrizante.
Otro capítulo brillante presentado por el Ballet Oficial del Festival Nacional de la Música del Litoral y el ballet estable del Parque del Conocimiento vino de la mano de la pieza “Pacto y muerte del Mensú”, que relata la leyenda de la yerba mate, que con su embrujo encantó al tarefero y lo sumergió en un devenir trágico, una analogía de lo que viven los trabajadores de la tierra desde tiempos históricos y se mantienen vigentes al día de hoy, como la explotación y la desigualdad en la distribución de la riqueza.
Tostao Mineiro, un performer del acordeón, del hermano país, fue el continuador de la música instrumental en la tercera luna de la edición de oro del festival. Sublime en el arpa, Marcelo Rojas descolló con los sonidos típicos que definen la región musical del Paraguay.
Desde Campo Viera, Misiones, fueron premio Consagración en la edición 2016 del Festival del Litoral. Jugando de locales, Juan y Marcos Nuñez se presentaron en el Alcibíades Alarcón con una puesta audiovisual que también incluyó la danza, acompañado por Juan Lery Duarte y el integrante de Jugo de Tigre, Leandro Yanhi, y Fernando Solís en la percusión, entre otros. Clásicos y temas propios de los talentosos Nuñez dieron paso a la Unión Mercosureña, un dream team integrado por los misioneros, el acordeonista Tostao Mineiro, el arpista Marcelo Rojas y la voz de Daira Heller.
El momento crucial de la tercera luna vino con el Mensú de Oro, distinción que otorga el festival a las figuras que dejan huella desde el canto, la música, la danza y la poesía. En esta edición, el Mensú de Oro lo recibió Alcibíades Alarcón, homenaje póstumo, en la persona de su viuda Elba Josefina González y su hijo “Kiko” Alarcón.
El Yupanqui misionero, cantor que desde joven encaró la música del litoral y supo encarnar a la cultura de la tierra roja, “bien misionero” fue reconocido por la comisión organizadora, a la que se sumaron músicos presentes para entonar “Misionero y guaraní”, un himno de la música e identidad de la hermana provincia.
Representando a Corrientes, desde el bandoneón Diego Gutiérrez perfiló el repertorio hacia el chamamé, seguido por Carlos Chemes, Luis Pietro, Nadia Bertolucci y Nahuel Maciel. El folklore norteño vino de la mano de Carlos Cabral y sus chacareras junto al Ballet de Danzas Municipal.
El barrio, el chamamé popular, sin dudas lo trajo Moni Encina y su Energía Chamamecera promediando la madrugada posadeña, dándole envión al cierre de la tercera jornada desde el baile en las gradas bajas y el escenario, acompañado por la calidez manifestada por el público local. Destino San Javier, trío de voces laureadas a nivel sudamericano, puso el punto final, con folklore melódico y clásicos a una jornada atravesada fuertemente por emociones, contenido social y el reconocimiento a Alcibíades Alarcón con el máximo laurel del festival, el Mensú de Oro.
Misionero y guarani
Las tardes en la explanada del anfiteatro Manuel Antonio Ramírez durante los días del festival, con caburé o chipá mbocá y mate, la feria de artesanos y las retretas de las bandas de músicas anticipaban la apertura en el escenario principal.
La cuarta jornada abrió con los niños ganadores del Festival Infantil de Folklore Provincial en su edición 2019. Pequeños artistas, cultores del Litoral de distintos puntos del interior de Misiones que se lucieron en danzas, canto y recitado.
De la Sede Corrientes, en el rubro Intérprete, Ana Paula Romero descolló desde la guitarra. Presentó el tema “Nostalgias del Paraná”, de Alejandro Romero, segunda guitarra y docente de guitarra, además de su papá. También la acompañaron Braian Acosta en percusión y Miguel Aguirre en bajo. Con soltura y dulzura a la vez, la correntina dio un magistral concierto que fue in crescendo, dejando la vara alta en cuanto a performance y a la representatividad en torno al instrumento en Corrientes.
Diego Benítez, posadeño, cantante y compositor, abrió su concierto con temas de su autoría. Participando por primera vez en el 98 en el marco del festival, Diego viene de familia de músicos. Su padre integró el grupo Los Cuatro para Misiones y eligió el tema “Niña de San Ignacio”, que en la novena edición intepretaran los misioneros junto a Horacio Guaraní.
La danza nuevamente tomando el escenario con el ensamble de los ballets del colectivo cultural Soñadores y el ballet Raza Campera y Afro Samba, en una retrospectiva muy emotiva, “Por siempre Villa Blosset”, emblemático barrio de Posadas. Un cuadro coreográfico con un hilo narrativo que recorrió los rincones y personajes de Posadas y momentos históricos que configuraron la identidad del barrio. También fueron parte Alejandrino Vázquez y Adela Sosa.
El Alto Paraná como región musical estuvo representada por Fausto Rizzani, junto a Carlos Acuña. Un seleccionado de músicos de Puerto Iguazú, Puerto Esperanza, Piraí, ElDorado, Wanda y Montecarlo, “El Alto Paraná hecho canciones”, con ríos y paisajes surcando melodías y músicas tierra adentro.
Desde Federal, Entre Ríos, y apadrinando la sede del festival, Tolato Trío trajo ritmos atravesados por el Uruguay y el Paraná y una selección de chamamé bien bailable. Luego fue el turno de la danza, enfocada en la yerba mate, ancestral oro verde que puso en pugna problemáticas sociales, tensiones y desigualdades en torno a la vida de los tareferos y el trabajo infantil.
Dirigido por Roxana Sánchez y a cargo del Ballet Confluencia, integrado por única vez por la escuela de danzas nativas El Fogón, de Posadas; el grupo de teatro “Recibiendo”; “Córpora”, espacio y movimiento de Puerto Esperanza y Montecarlo; Ballet Zambra, de ElDorado; “Punto Danza”, de Puerto Wanda; la escuela de danzas folklóricas “Esencia”, de Garupá; la peña Soñadores, el ballet Instituto Vírgen de Itati y bailarines independientes, presentando “Trago amargo”. Un ejemplo de cómo desde el arte de la danza y la música se pueden plantear de forma crítica problemáticas actuales.
Con 8 años, Brenda Minusso dio cátedra sobre malambo en el Alcibíades Alarcón, dejando en claro porque fue consagrada Campeona Nacional de Malambo Femenino en este 2019. Solemne y con los rigores de la danza en cuestión a flor de piel, Brenda sin dudas marcó el escenario principal de la edición de oro del festival.
La fusión de músicas, el padre del rock nacional junto a Los Nuñez y Cacho Bernal, Litto Nebbia, presentó “Amigos del Litoral”, una formación nacida en el Festival del Taninero de Puerto Tirol en 2017 y que ya lleva dos discos con composiciones sobre músicas del litoral, “Amigos del Litoral” y “Río Picurí”, con temas del rosarino y los hermanos Juan y Marcos Nuñez.
Inaugurando el repertorio con “Chamame de los tres”, Litto decía “con una guitarra y el cariño de un amigo, pase lo que pase, igual puedo continuar”…, para luego presentar un tema de Cuchi Leguizamón, con poesía de Armando Tejada Gómez, “Zamba del laurel”. “Retrato de un pescador”, de Ramón Ayala fue otro de los temas interpretados por Nebbia, un homenaje entre maestros. Transportados a Paraguay, Litto entonó “Recuerdos de Ypacaraí”. Tomando la palabra agradeció a sus compañeros de ruta, para seguir con “La Calandria. El bis del final no podía ser otro que “Puerto Tirol”, con un anfiteatro colmado que los despidió a vivo aplauso.
La memoria viva en las palabras del recitador Torito Méndez invitó a viajar a una Posadas inmortalizada en el éter, con las personas y lugares que supieron ser parte de la capital misionera, relato aplaudido desde la melancolía por el público que se dio cita en la cuarta jornada de la edición de oro del festival del Litoral.
El canto de dos orillas se manifestó en el Alcibíades Alarcón bajo una noche hermosa de Posadas, a orillas del Paraná, con Teresa Parodi y la uruguaya Ana Prada, entonando “Retrato de un pescador”, del gran Ramón Ayala. “He vivido en esta tierra en momentos importantes de mi vida, y nunca los olvido. Estoy contenta de volver con esta cantautora uruguaya, la querida Ana Prada, con la que compartimos el paisaje del río” dijo Teresa. La oriunda de Paysandú expresó emoción por pisar por primera vez la tierra colorada.
“Tarumba”, canción a dúo conmovió por su dulzura, luego le sucedieron temas co escritos entre las dos cantoras para llegar a “Pedro Canoero”. Joselo Schuap fue el invitado de Parodi para “Esa Musiquita”, y llegando al final de su concierto, la audiencia colmada del Antonio Manuel Ramírez aclamó un bis. “El cielo del albañil” fue el tema para la despedida de la correntina.
El humor vino de la mano del Gurí Molina, antesala de Los Mitá, grupo Consagración del festival en la edición 2012, provenientes de 2 de Mayo. Con una puesta en escena moderna, pero cantándole a la tierra, el trabajo y las costumbres de tierra adentro, Los Mitá fueron recibidos con mucha expectativa, confirmando que pisan fuerte de locales.
Apelando al humor, ya coreados desde el primer tema, el cancionero que recorrieron fue de autoría propia, con los colores de polquitas, relatando historias de inmigrantes y costumbres; “Que viva Misiones, que vivan las chacras, que vivan los galpones” decía su vocalista en algún pasaje del concierto.
“La cosa no está fácil, no está fácil mismo” es la frase bien misionera que rescataron del imaginario colectivo de la tierra colorada, que devino en canción. Una oda al reviro con ticueí, comida heredada de los guaraníes , se hizo escuchar en el anfiteatro posadeño a orillas del Paraná. “Casamiento en la colonia” bajó el telón a un show bien eléctrico de Los Mitá, para dar lugar a los ritmos folklóricos del NOA, de la mano de Nombradores del Alba.
El festival del Litoral históricamente recibió al folklore norteño, desde Salta y Santiago del Estero han transitado el Alcibíades Alarcón grandes grupos que son parte de la historia de la música nacional de raíz. Continuando el legado de Los Cantores del Alba, con Facundo Toro, Nacho Prado y Daniel Campos, Nombradores del Alba hicieron sonar zambas, chachareras y hasta ritmos de Centroamérica.
Rescatando la tradición coral e introduciendo instrumentos eléctricos y batería, sin desvirtuar por ello la raíz folklórica, Nombradores del Alba fueron aclamados por la audiencia que colmó el anfiteatro posadeño.
Revelación en 2018, “la pareja que enamora”, conformada por Adela Sosa, de Ituzaingó, Corrientes y Alejandrino Vázquez, de Villa Blosset, dejaron huella en el escenario principal presentando un cuadro chamamecero bien sentido, llevándose el aplauso del público.
Blas Martínez Riera Grupo, reivindicando las raíces y el legado de Blasito hicieron sacar chispas desde el zapateo a los bailarines espontáneos que se agolpaban en diversas zonas del anfiteatro, fogueando la bailanta de la cuarta noche.
Misioneros, finalistas de Argentina Baila 2019, Facundo y Mariana célebres representantes de la tierra colorada, dieron paso a Mario Bofill, que recorrió en canciones el interior de Corrientes, presentando a su hijo en la verdulera, Chingoli Boffil. “Loreto cumplió 200 años, y yo también” se despachó Mario antes de concluir su concierto.
Con “Estancia San Blas”, Juan y Ernestito Montiel dieron continuación al segmento más chamamecero de la cuarta luna de la edición de oro del Festival del Litoral. Cacho Barchuck y Rulo Grabovieski, ambos misioneros, terminaron de alargar el amanecer posadeño, con chitis, polkas y chamame.
Clareando el día, Herencia Chamame y Jorge Reyes le bajaron el telón a la cuarta luna festivalera.
50 ediciones, broche de oro
Con la banda de la Policía de Misiones dando la bienvenida a la última noche del festival del Litoral en la explanada del anfiteatro, el proyecto orquestal Grillitos Sinfónicos fue el encargado de inaugurar la quinta luna en la edición de oro del festival decano de la música del Litoral.
Niños y adolescentes de la Escuela Orquesta Grillitos y el coro de la CEMU, Centro de Educación Musical interpretaron en el inicio un tema de Zitto Segovia, para luego invitar a Evana Sánchez en “Cristo de las redes”. El paseo por el cancionero del Litoral siguió con un recitado y chamame para cerrar con “Canto del Ñanderetá”.
Loreley Benítez, valor local acompañada por Joaquín Benítez en bandoneón y su padre desde la dirección musical, dio el paso en el escenario a Canciones de selva y río, un show integrado por los cantautores y compositores Seba Ibarra, de Resistencia, Gastón Nakazato de Oberá y Yacaré Manso, de Corrientes.
Con temas de los tres, las nuevas músicas que atraviesa el Paraná sonaron con la voz primero de Seba Ibarra, compositor y cantautor de Chaco con extensa trayectoria en la canción de autor regional. Gastón Nakazato presentó “Ríos”, para luego dar paso a “La Corriente”, tema de Yacaré Manso. La oda al tereré, bebida compartida en la región, de autoría de Seba Ibarra le imprimió ritmo al concierto. Nakazato se despachó con “Iluminarás”, tema propio “dedicado a Ramón Ayala, e inspirado en uno de sus temas” y Yacaré Manso terminó el recorrido musical con una chacarera.
Franco Zacarias, otra revelación antaño del Festival del Litoral, se presentó en la edición de oro. Con una versión interesantísima de El Cosechero, con Darío Vega en batería, Lery Duarte en bajo, Javier Lezcano y Chapu Dominguez en guitarras y Sergio Tarnosky en acordeón. Además, recorrió otras versiones de clásicos del chamamé con una privilegiada voz.
La danza en la última noche festivalera llegó de la mano del ballet AfroSamba, trayendo la mixtura de las raíces afro americanas y la cultura brasilera, dirigido por Claudio Benítez, con un pasaje de su obra “Travesía”.
Amadeo Campos Trío trajo el chamamé al escenario Alcibíades Alarcón, “La Ley del amor”, tema propio, se escuchó entre una selección de temas melódicos, muy aplaudido por la audiencia.
Reconocidos los ilustradores y dibujantes del grupo DIM, la quinta luna recibió a un hijo de la tierra y la música litoraleña en su máxima expresión: Ramón Ayala. Con 92 años, Ramón en esencia se personificó en el escenario principal del anfiteatro posadeño, en una nube de bailarinas del Ballet Oficial del festival.
Ya inmortal, Ayala abrió su breve concierto con “El Moncho”. “Gualambao de las profundidades del paisaje viene, y brota por la piel del animal. Gualambao para el amor, para la vida, para el sueño, para el vuelo, para el encuentro…” recitaba el maestro antes de entonar “Uruguay”.
“Hemos cantando como si supiéramos” se despachó con humor Ayala. “No apresurar porque pueden perder el contento, deben dejar todo al pobre Ramón, que siente en sus carnes todas las huellas de ese alimento, que es el amor, que es la vida” anticipaba antes de cantar estrofas de “Posadeña linda”. “Retrato de un pescador” fue el tema de regalo del maestro al público que fue testigo de su presencia en la edición de oro del festival, todo un privilegio testimoniar al gran poeta latinoaméricano.
“Lo multifacético de la creación de Ramón es un símbolo de Misiones, es un símbolo nacional, nuestro máximo representante de la proyección folklórica nacional argentina. Músico, compositor, intérprete de la guitarra de diez cuerdas y creador del gualambao, no hay que olvidar quién es Ramón Ayala”, decía Rubén Tolosa en el cierre de la presentación del maestro.
Antonio Tarrago Ros agregaba “imposible pagarle a Ramón Ayala todo lo que se le debe, por tanto arte, tanta coherencia” decía entre “Sin ley”, “Jineteando la vida”, “El Toro”, y “Aguará Guazú”. “Maria va” y “Carito” llegaron para el final, dando paso a Che Trío Porá, desde Virasoro, con Veronica Noguera como invitada especial.
De Puerto Esperanza, embajadora de Misiones, Pamela Ayala precedió a Bruno Arias, músico jujeño que incursionó por el Litoral en este prestigioso escenario. Fiel a su estilo, Arias en su primer tema ya coreaba en las estrofas “el pueblo unido jamás será vencido”, para terminar pidiendo “un sapucay contra el ajuste”.
Bombos legueros y violín, una chacarera atravesada por el bandoneón de “Pico” Nuñez, y la voz de Becho Ribeiro, artista jujeño invitado de Arias para la especial noche posadeña y un carnavalito guiado por una pareja de baile con vistosos colores típicos del folklore norteño prendieron la mecha para el baile en las orillas del escenario principal y en las gradas del anfiteatro.
Fabián Meza le dio continuidad a la noche bien festivalera de cierre de la edición de oro. Hijo dilecto de Montecarlo, de vasta trayectoria en la música de raíz con proyección, Meza trajo sonidos del interior en clave contemporánea, con temas de su autoría.
“Nervura”, nueva pieza dirigida por Luis Marinoni, vio la luz en la edición de oro, de la mano del Ballet Oficial del Festival del Litoral en ensamble con el ballet folklórico del Parque del Conocimiento.
La Guitarreada recibió el Premio Consagración 2019, premio del público al grupo de folklore de Misiones y corolando la quinta luna, los maestros de ceremonia del festival, Cary Macena, Silvia Ferreyra y Alejandra Nuñez anunciaron a La Sole para el cierre, no sin antes dejar un eco en la noche posadeña al grito de “vamos al centenario”.
Mensu de Oro: Alcibíades Alarcón
Premio Revelación 2019: Franco Redes, Paraguay
Premio Consagración 2019: La Guitarreada, Misiones
El Festival en números
Con su primera edición realizada en el año 1963, 200 noches suman las 50 ediciones de este gran encuentro cultural del Litoral. 3100 artistas han transitado el escenario Alcibíades Alarcón y sus alrededores y más de 2 millones de personas asistieron desde sus inicios a la actualidad.
